YAMAS O COMPROMISOS ÉTICOS DE LAS 8 DISCIPLINAS DE PATANJALI.

Ahimsa es traducido tradicionalmente como “no violencia”, que por ejemplo Gandhi promovió de forma muy activa. Es el primero de los 5 Yamas o compromisos éticos de las 8 disciplinas que Patañjali describe como el camino y práctica del Yoga.
Desgraciadamente, este principio sigue siendo igual de válido en nuestros días que en siglos pasados. Implica una gran atención y vigilancia hacia el lugar que ocupamos en el mundo y nuestra relación con él: con el resto de seres con los que compartimos la existencia, el medioambiente y la Naturaleza de la que formamos parte.
La no violencia o Ahimsa engloba el plano físico, el mental y el emocional tanto hacia uno mismo como a los demás y resto de seres. Generamos formas de violencia a través de nuestras reacciones hacia los demás como por ejemplo el juicio, la crítica, el enfado o la irritación, y estas pueden no solo físicas sino también de palabra y mentales.
La práctica de la no violencia y su transformación positiva genera una energía denominada en el Budismo compasión, lo cual supone aceptar las cosas tal y como son, nos hace dejar marchar los pensamientos negativos y sustituirlos por amor y aceptación. La práctica de la compasión y de la no violencia es algo sumamente duro y frustrante al principio, sobre todo en las sociedades denominadas occidentales o modernas, donde la competitividad, el reto, los objetivos en los que se nos educa desde nuestra más tierna infancia tanto en el ambiente familiar como en las instituciones educativas (colegio, instituto, universidad, etc.) constituyen en sí ya una forma de violencia. Pero según Patañjali, es un elemento indispensable en el camino del Yoga, es la puerta de entrada.
Cualquier práctica de Yoga posterior (posturas físicas, respiración, etc.) requiere de la presencia de Ahimsa o una actitud de no violencia en primer lugar hacia nosotros mismos y en segundo hacia los demás. Sin ella, los beneficios de estas prácticas siguientes no se experimentarán.
Hay que tener muy presente para no llevarse a engaño o confusión y andar por un camino equivocado, que Ahimsa o no violencia no significa ni está relacionado con la pasividad o el desinterés; curiosamente estas actitudes son contrarias a la no violencia y obstáculos en el camino del Yoga. En el Budismo por ejemplo, se habla de “Compasión en acción”. El ejemplo nuevamente de Gandhi o incluso en la tradición cristiana de Jesús, son muestras claras de un desarrollo y dominio de esta virtud desde la acción.
De ahí que la práctica de este compromiso ético, Ahimsa, implique el asumir y tomar la responsabilidad de nuestros propios actos desde un estado de permanente atención sobre las emociones y pensamientos que constantemente aparecen en nuestra mente y que podrían llevar a dañar a otros. La desidia no es actuar desde el pacifismo, es un comportamiento directamente relacionado con la pereza y por tanto un obstáculo para el desarrollo espiritual y para andar por el camino del Yoga. Por el contrario es necesaria la acción incluso para protegernos a nosotros mismos o a los demás. El peligro y la interpretación errónea sobre qué hacer puede venir de un estado falto de atención y de consciencia clara y directa de la situación desde una percepción ordinaria de la realidad.
La acción siempre debe venir desde la claridad de pensamiento, el amor, el altruismo y la generosidad.
Namaste